Hasta hace muy poco tiempo jamas había oído hablar del ajo negro. Mi sorpresa fue enorme cuando intente saber un poco mas sobre este producto. En realidad se trata de un ajo blanco que es fermentado en unas condiciones especiales de humedad y temperatura. El producto final es un ajo cuyos dientes son de color negro intenso y blandos, las propiedades del ajo se incrementan mientras que los efectos peores como son la indigestión y el sabor fuerte disminuyen hasta casi ser imperceptibles. El aroma del ajo negro es frutado, ligeramente ácido y dulce, con ligero olor a regaliz. Se puede comer tanto crudo como utilizarlo en la preparación de los alimentos.
Yo lo he preparado untando el pan con él y haciendo un bocata de queso con tomates confitados, ¡resulto un bocadillo diez!. En cuanto a las propiedades creo que sirve para todo. La concentración de antioxidantes es mucho mas alta después de este proceso de fermentación, contiene 18 de los 20 aminoácidos y por supuesto tiene los 8 que son esenciales. Sus compuestos hace que sea bactericida , funciona como antibiótico, estimulante de las defensas, diurético, regulador del azúcar lo que indica que es bueno para los enfermos de diabetes, sin olvidar que es hipolipemiante bajando el colesterol y por supuesto, cardiosaludable al ser un antiagregante natural.
Si tenemos que limitar el ajo será en aquellas personas que tengan tendencia al sangrado pues es muy importante su capacidad de antiagregante de las plaquetas y también deberían ser cuidadosos en su consumo, las personas con hipotiroidismo por su alto contenido de iodo.
Si se hace una búsqueda por internet encontrareis una amplia información sobre este producto que es originario del Japón pero que es comercializado en varios países. Desde hace unos años en España también. Yo creo que lo añadiré a mi dieta de forma habitual y mas sabiendo que no presenta los efectos nocivos de mal olor y molestias gástricas.
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