sábado, 14 de junio de 2014

PISA Y SAN GIMIGNANO. VIAJE DE LA TOSCANA A LOS DOLOMITAS

10 de junio de 2014





Hoy comenzamos el desayuno con gambas al ajillo. El motivo es que hemos detectado que la nevera no enfría lo suficiente, así que debemos de comer la comida que hay en el congelador lo mas rápido posible. No es que sea precisamente un plato de desayuno pero estaba buenísimo, bien picante, como nos gusta.
A las diez de la mañana el sol era ya insoportable, pero decidimos visitar la torre de Pisa. El camping queda a unos veinte minutos de la torre, andando, y la ruta se hace durante un trayecto por un túnel que es de agradecer. En los alrededores de la torre, el olor a cuero inundaba el aire caliente. Durante unos segundos pensé que me encontraba en el zoco de Marrakech, no se si huele así pero me lo imaginé. 
Pisa no se ni como es, solamente nos paramos a ver el Baptisterio, el Duomo y su famosísimo campanario inclinado; realmente impresiona ver la inclinación de la torre, se hace increíble que aun se sostenga de pie. El calor apretaba y la multitud de gente hacia difícil sacar una fotografía, aunque no fuera la “típica” de sostener la torre.
Casi debajo de la torre, fue cuando vi el ingenio de los italianos para impedir que se caiga, como se puede observar en la fotografía ¡la sujetan con un hilo negro!.  J. Curiosidades que si no se viaja no se ven.

Decidimos rápidamente volver al camping, riéndonos recordando un blog que habíamos leído cuando preparábamos el viaje, de unos que hablaban del calor de la Toscana y que llegados a Pisa, aunque aun estaban en territorio Ligur y no de la Toscana, decidieron volver en otras fechas y partieron para los Dolomitas en busca de la brisa de la montaña. Así que me paso todo el tiempo recordándoles y de vez en cuando le digo a Tino:- ¡Que razón tenían largarse de la Toscana!. Pero ya esta siendo como un reto ver los días que consigo no morirme deshidratada, y mi capacidad y tolerancia al calor, que hasta hace poco era bastante nula. Al llegar de ver la torre de Pisa, quede empapada en sudor como hacia muchísimo tiempo no recordaba, si ese tipo de sudor adelgazase, estaría ya con un tipo de anoréxica. Me he pasado todo el día bebiendo agua, me vale todo, con gas, sin gas, caliente o fría, y lo mas curioso son las pocas veces que visito el WC a pesar de los litros de agua que bebo, hablo bien, digo litros y en plural…

Como Pisa se ve rápido, pusimos dirección a San Gimignano haciendo un alto en el camino para comer “todos” los calamares en su tinta que traíamos en el congelador, digo todos porque eran en abundante cantidad, así que decidimos no asociarles hidratos de carbono, sino una ensalada de hoja verde, si como hacer eso fuera menos cantidad. Tomar el café fue de nuevo estar en un baño de sudor, tanto fue así que aunque Tino tenia programado pernoctar en un área de servicio, yo preferí ir de camping y tener al menos duchas con cantidad de agua suficiente para calmar la sensación de calor.

En el camping de Pisa nos recomendaron uno de la misma línea en San Gimignano, y por clientes, derecho a un descuento del 10%; no lo pensamos ni dos veces. El plan era llegar al pueblo, visitarlo y pasar la tarde en la piscina del camping; pero existe un dicho que dice: “el hombre propone y Dios dispone”, para explicar los contratiempos que siempre surgen. En el camino el tonton volvió a jugárnosla, Tino llego a la conclusión que en lugar de actualizarlo lo que hizo fue desactualizarlo aun mas de lo que estaba, pues hay carreteras que desconoce absolutamente. De camino nos encontramos también con la fatalidad de que los italianos  tienen las carreteras cortadas por doquier. Conclusión de todo esto, que nos perdimos y para llegar al pueblo tuvimos que hacer un recorrido por la montaña, así descubrí que la Toscana no es llana, sino que en su paisaje existen pequeñas colinas de color verde , grandes plantaciones de arboles salpicados de plantas color amarillo y amapolas rojas.
Pasando por el Valle d’Elsa percibí el olor de la Toscana. Huele a flores; a rosas y tilos. Un perfume que embriaga. Tuve exactamente la misma sensación que en el pueblo de Grasse, en Francia, donde a las horas punta de calor, rocían el ambiente con agua y colonia, dando a sus calles el perfume de sus creaciones; pero en la Toscana es el propio aire quien perfuma el ambiente.

Enamorada ya de la Toscana llegamos al pueblo de San Gimignano y nos alojamos en el camping, a tan solo dos kilómetros del casco antiguo.
Como el calor aún apretaba optamos por el bus para subir al pueblo. Salía justo del camping. Los italianos tienen buena fama de locos de la conducción y así lo corroboramos. Subirse en aquel autobús fue peor que hacer la doma de un caballo salvaje en el oeste. Cada bache que topábamos, el conductor aceleraba y el autobús brincaba y yo con él. Para obtener el billete, existen unas maquinas expendedoras dentro del autobús, que tras meter piezas de euros y cincuenta céntimos, te entrega el ticket. Entre aquellos saltos y el poco equilibrio mío, metí las monedas pero la maquina se quedo con todo, dinero y billete. Yo me negué en rotundo a repetir el intento con nuevas monedas y dado que la posición de las maquinas era en la parte trasera, y el conductor iba en la delantera, callé y decidí hacer el trayecto sin dinero y sin billete. Pero como os decía, era un cabalgar de potro furioso, mas que ir en autobús ; y justo al pasar el veinteavo bache , retumbaron todos los ajustes metálicos e incluida mi cicatriz de una vieja operación, y la maquina de los billetes regurgito el dinero en premio de consolación.
Finalmente pudimos poner pie en el precioso pueblo medieval, turístico, pero sin agobios, al menos en estas fechas.
La luz del atardecer se refleja en los campos y puedes ver todas las tonalidades de colores de amarillos, ocres y verdes. Degustamos un vino acompañado, en lugar de una tapa de picoteo, como es habitual en Asturias, de un litro de agua de San Peregrino para calmar la sed. A pesar del olor a pizza y especias preferimos no comer, solo queremos beber en este ambiente de calor.
Al final de la tarde y antes de que el sol se ponga decidimos dar un paseo desde el centro del pueblo al camping, se hace el recorrido en media hora. Aprovechamos para sacar algunas fotografías.
Caminas entre cañaverales, olivos y vides, a lo largo de la carreta, y el aroma de flores de tilo. Bonitas sensaciones para terminar el día.


NOTA: Información para autocaravanistas

El camping de San Giminignano se llama Il Boschetto Di Piemma, esta situado a dos kilómetros del pueblo. Comunicado por autobús con el centro, con una frecuencia de  aproximadamente media hora. Tiene piscina. Internet por Wifi en el área del bar previo pago de 3 euros una hora y 4 euros 24 horas. Pero en nuestro caso fuimos incapaces de utilizarlo debido a que se desconectaba continuamente. Con un 10 % de descuento que nos correspondía pagamos 26 euros la noche . Internet a parte.

Dirección:
Santa Lucia n. 38 /C -  53037 San Gimignano
Teléfono: +39 0577907134

GPS:
Latitud (Norte)  43º 27 13’’
Longitud (Este) 11º 03 14’’


viernes, 13 de junio de 2014

LA SPEZIA. CINQUE TERRE. TERRITORIO LIGUR. DE LA TOSCANA A LOS DOLOMITAS

9 de junio de 2014

Cuando el despertador sonaba llevábamos nueve horas durmiendo, las necesitábamos. Conseguimos salir en el primer barco, que parte de la Spezia a las nueve y cuarto de la mañana de Paseggiata Morin. El billete, por no ser festivo, lo conseguimos dos euros mas barato; tan solo 25 euros, que te dan opción a coger, en el horario que quieras, los barcos en ambas direcciones . Así que pudimos hacer el crucero con escalas.
Las Cinque Terre lo forman cinco pueblos: Riomaggiore; Manarola; Corniglia; Vernazza; y Monterosso al Mare. Todos situados en el Golfo de los Poetas, y además Portovenere, Lerici, y la isla de Palmaria con los islotes de Tino e Tinetto, todo el conjunto, ha sido declarado por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Yo llevaba grabada en mi cabeza las fotografías de las casas, de colores, medio colgantes sobre un mar de aguas cristalinas. Casas que buscaba en el pueblo de la Spezia y que hoy comprendí porque la señora de ayer no me entendía lo que le preguntaba. Nada mas  hacer la primera escala en Portovenere las vi. Allí estaban apiñadas como racimos de uvas de colores. El conjunto de casas da una imagen armoniosa a los ojos. El día acompañaba con el cielo azul, la mar cristalina, el verde de las vides en escalinatas a lo largo de las montañas y las casas, en todos los colores ocres salpicadas de algún que otro azul y rojo. Parecía un hermoso cuadro. Lastima que no sepa pintar, creo que me inspiraría para uno de mis cuadros si existieran. El calor, afortunadamente, se calmaba con la brisa marina que provocaba el barco surcando el mar. Me atiborre la piel de protección solar y no hice mas que recordarle a Tino que se colocara la visera sobre su cabeza.

Portovenere, al ser nuestra primera parada y en horas aun matutinas, permitió que hiciéramos un recorrido por toda la costa del pueblo.

Nos encaramamos por las escaleras y llegamos a la Iglesia de  San Pedro incrustada en la roca.
Pude mirar y ver con mis propios ojos el paisaje que Lord Byron observaba durante su estancia por estas tierras. Recorrí las callejuelas subiendo y bajando escalinatas y rápidamente paso la hora y cuarto que había entre un barco y el otro.
 La siguiente parada la hicimos en Manarola, ya el calor apretaba y después de subir las pendientes del pueblo, terminamos sentados tomando unas cervezas y conectados a la wifi libre que ofertaban como reclamo, en el bar. A esas alturas del día yo comenzaba a irritarme con el calor, pero aguante estoicamente.
Volvimos a tomar el barco y nuestro destino fue Monterosso, ya era la hora de comer .
Visitamos el pueblo en busca de un restaurante y pude comprobar el buen diseño de las casas en estos lares, pues a pesar de que debíamos de pasar de los 35 grados, metidos entre las casas, en las calles, se respiraba una agradable temperatura. No deseaba para nada acercarme a la costa.
Encontramos un restaurante recomendado por la guía Routard, y que ofertaban los platos típicos del territorio Ligur, lógicamente ese fue el elegido.
Probamos la ensalada de pulpo, un pulpo cocido y cortado en rodajas sobre unas patatas cocidas del tipo ensaladilla rusa y aderezado con un buen aceite de oliva afrutado y unas olivas negras. Otra opción de comer el pulpo tan valida como el pulpo a feira gallego tan conocido por nosotros.
También quisimos probar las anchoas fritas, que estaban muy buenas, y que no diferían en nada a las rebozadas de Gijón o Mieres, sin ser costa, de mi región.
No quise quedarme con la gana de probar los calamares fritos y ,éstos los rebozan en clara muy batida, lo que hace que el calamar quede enterrado en una especie de puntilla crujiente.
Salí de allí con la idea de comprarme un libro de cocina típica de Liguria, y así hice, y ya tengo en idea hacer alguno de los platos que lógicamente subiré al blog. Nunca creí que lo del blog ocupara tanto tiempo, pero creo que poco a poco lo iré haciendo. He descubierto un nuevo modo de antiestress, escribir y trabajar para el blog me evade de los problemas que me causan estrés.
Ya eran las tres de la tarde y queríamos coger el barco de regreso parando en Vernazza, pero había dos barcos en el puerto, Tino dijo la Spezia y nos derivaron al de la derecha que, justo cuando ya no había vuelta atrás, dijeron por los altavoces en un italiano comprensible, que el viaje era sin escalas y directo a Portovenere, que ya habíamos pateado en la mañana. yo ya a punto de derretirme y comenzar a tornar mi piel blanca a color cangrejo cocido. Hasta me alegre de no estar mas tiempo bajo los rayos de sol. Ante todo este adelanto, por la confusión, cambiamos el plan y adelantamos trayecto, nos pusimos en marcha camino de Pisa, al camping, porque yo deseaba no una ducha, sino una catarata sobre mi cuerpo. Aunque teníamos las coordenadas de un área de autocaravanas, primó nuestro deseo por una buena ducha con abundante agua que unos euros en el bolsillo.
Nos vimos antes del tiempo planeado, de vuelta en el pueblo de la Spezia,


NOTA: Información para autocaravanas

Area en Pisa
Longitud (Norte): 43.72.102
Latitud (Este): 10.42071

Camping en Pisa Torre Pendente. 
Precio de 32,50 Euros todo incluido excepto Internet que cobran a 0,5 euros la media hora. Tiene Piscina.
Vía de le Cascine n. 86 – 56122 Pisa. Teléfono: + 39 050561704
GPS:
Longitud (Norte) 43º 43’ 27’’

Latitud (Este) 10º 22’ 58’’

lunes, 9 de junio de 2014

VIAJE POR LA TOSCANA A LOS DOLOMITAS. DE VENTIMIGLIA A LA SPEZIA

8 de Junio de 2014.

Despertamos pronto y desayunamos una tortilla de chorizo, había que darle solución a los cuatro huevos rotos después de abrir la puerta de la nevera. Solamente dos se salvaron de la masacre, así que hoy no quedo mas remedio que hacer un desayuno hipercolesterolémico. El camping como cualquier camping de cualquier sitio sin grandes alabanzas, pero sirve para salir del paso. Afortunadamente justo a la izquierda del parking hay un estupendo estacionamiento para todo tipo de vehículos, gratis excepto el viernes que es día de mercado en Ventimiglia.



Dejamos la autocaravana y dimos un paseo por Ventimiglia. Supongo que antaño era una ciudad de mas tronío, pero con esto de la libre circulación por los países del euro, ha perdido parte de sus negocios fronterizos.
Tampoco había mucho negocio abierto por ser domingo. Rápidamente pusimos rumbo a la Spezia y como íbamos con tiempo suficiente, decidimos pasar por Portofino. Durante la ruta, se pueden ver multitud de invernaderos que afean un poco el paisaje y varios pueblos con las iglesias típicas. También nos llamo la atención la cantidad de túneles que existen, e hicimos el comentario, que a pesar de los peajes, no cobran tanto dada la inversión que han tenido que hacer para realizarla, ya que sino es un túnel la carretera se sostiene en un puente, la lastima es que, entre los vallados y las paredes, no se puede contemplar el paisaje de la costa, pero se adivina poniéndole imaginación.


Cuando íbamos en dirección a Portofino, que en principio no teníamos programado parar, es cuando pudimos observar un paisaje de ensueño y comprender el porque la fama de este trozo de costa como paraíso elegido, allá en los años cuarenta, para el turismo.
Como todas la vacaciones no pueden ser maravillosas, hoy tuvimos un pequeño contratiempo, y un pequeño rayonazo en la autocaravana, que nos enteramos después que un italiano nos persiguiera al pensar que nos habíamos dado a la fuga y, en realidad, ni nos habíamos enterado que le llevamos por delante el retrovisor, ni nos dimos a la fuga; sencillamente que los italianos son caóticos en la carretera y dejan los coches en cualquier lugar, lo que dificulta en exceso la conducción. He de remarcar que el señor ha sido educado y no hubo mas problema.
Sin poder aparcar en Ramallo, ni Santa Margarita, decidimos abandonar la idea de Portofino pero como nos pareció interesante lo anotamos para hacer el viaje en coche y hotel. Seguimos carretera a la Spezia y llegamos, bajo un sol de justicia que hacia marcar los termómetros máximas de 32 grados. En la Spezia conseguimos una plaza en un área de autocaravanas, la cual tiene al lado la parada de autobuses que unen el Área, con los barcos, para hacer un pequeño crucero mañana y ver el Golfo de los Poetas, porque algunos poetas como Lord Byron eligieron este lugar para vivir durante varios años.


Decidimos conocer el que creímos pueblo de la Spezia, que en realidad es mas ciudad que pueblo. Pensábamos que era un pueblo perteneciente a las Cinque Terre; considerados de los pueblos mas bonitos de Italia. Subimos al autobús y cuando llevábamos un buen trayecto de mas de veinte minutos comencé a inquietarme ya que, ni planos, ni direcciones, ni nada, llevábamos con nosotros. Termine haciendo lo que resulta siempre mas eficaz, que es preguntar y ahí teníais que verme luciendo mi capacidad poliglota. Vaya por delante decir que en esta parte del mundo solo hablan italiano y algunas frases de inglés, y el resto de lenguas casi como si no existieran. Comenzaba en español y continuaba en francés y ya con acento italiano intentaba encajar todas las palabras que recordaba del latín, así ocurrió que abordando a una señora yo quería preguntarle por las hermosas casas de colores que salen en todos los folletines turísticos de la Cinque Terre. Pues bien como no dábamos con lugar tan espectacular y no me daba por vencida, comencé a preguntarle por las casas turísticas, las houses of colors, les maison en haut de la Montaigne y ella, la señora, ponía todo su interés en intentar comprender que preguntaba. En un ultimo esfuerzo, como os he comentado eche mano del latín, ya que pa eso son italianos y le dije las Domus. Pronto vi que se le abrían los ojos y ella repetía: - ¡ahhhh la catedral!. Y yo le decía, no, no duomo no, domus domi, derivando en segunda declinación en latín, pero ni por esas. Concluyo la buena señora en dirigirnos a la calle principal donde afortunadamente y aunque era domingo pudimos agenciarnos un mapa y eso fue como hacerse la luz.

Al atardecer y después de un largo paseo, de retirada al campamento base, nos encontramos con un heladero ambulante. Gelateria Lino, al que prometí  hablar de él y de sus fabulosos helados en Internet. Nos preparo dos estupendos helados, uno de limón y el otro de crema artesanal que el llamaba crema de Lino, que según nos conto era formula de su padre. Y terminamos el día escuchando desde nuestra caravana gritar al heladero helados para España!




NOTA: Información para Camping-car

El área de la Spezia esta atendida por voluntarios de la Cruz Roja, solo tiene agua, servicios para aguas grises y negras; no electricidad, y es libre. Dentro de la información venden los billetes para el autobús a 1,50 euros el trayecto. Dan información de horarios y precios de los barcos que hacen el crucero por los pueblos de Cinque Terre. Las líneas de autobús que enlazan son la S y la L . Según se sale del área a mano izquierda a doscientos metros esta la parada, aunque es conveniente hacer una señal de parada al autobús.

Dirección del Área :
Latitud (Norte) : 44.10382

Longitud (Este) : 9.85918